Frutales

 

Los conocimientos prácticos de un cultivo, aunque sean de gran valor, resultan insuficientes si no van acompañados de los conocimientos técnicos debido a la complejidad de factores propios de la fruticultura y que son la base para una explotación exitosa de nuestros frutales o un rotundo fracaso.

 En forma proporcional al aumento de la fruticultura de producción masiva para exportación y venta en el mercado local, cada vez es mayor la competencia para ofrecer frutos de máximo tamaño y calidad y a precios competitivos en el mercado interno y externo.

 El que no pueda producir frutos competitivos en precio y calidad, es un fruticultor fracasado. El fracaso  en toda explotación frutal obedece a varios factores que tienen un denominador común: el desconocimiento.

 El desconocimiento teórico práctico de los factores que conducen al fracaso causan serios problemas al fruticultor neófito en su ciencia, por lo tanto está en su deber evitar los problemas que acarrea el desconocimiento de su ciencia, por lo que está en ellos tener el denominador de un fruticultor fracasado o exitoso, por lo tanto su obligación es establecer un equilibrio teórico práctico en su especialidad para así lograr el tan ansiado éxito.

 A continuación el esbozo de algunos cultivos de frutales.


 





Manzano

Familia: Rosáceas

Nombre Científico: Malus Domestica

Es un árbol de mediano tamaño (12 m de altura), caducifolio (pierde la hoja en otoño), de copa redondeada, abierta y numerosas ramas que se disponen casi en horizontal. Posee hojas ovaladas, suavemente dentadas en los bordes y de fuerte color azul con pubescencia en el envés. Al estrujarlas despiden un agradable aroma. Sus semillas son de color pardo brillante. El manzano es mas resistente al frío, no necesita gran cantidad de calor y luz para la maduración. Prefiere los climas húmedos que los secos. Al presentarse una temperatura menor que -15ºC pueden perderse algunas yemas florales.


Peral

Familia: Rosáceas.

Nombre Científico:Pyrus communis L.

Es un árbol piramidal, redondeado en su juventud, luego oval, que llega hasta 20 metros de altura y por término medio vive 65 años, por ende no es un árbol longevo. Sus características anátomicas destacables son: tronco alto, grueso, de corteza agrietada, gris, de la cual se destacan con frecuencia placas lenticulares, y también sus hojas de color verde pero con pecíolos amarillos. Más allá de las podas de despeje, en el caso del peral importa aquello que promueva el desarrollo de mejores frutos. El primer objetivo de sus podas es evitar la formación de yemas.


Ciruelo

Familia: Rosáceas.

Nombre Científico: Prunus cerasifera

Es un árbol piramidal, redondeado en su juventud, luego oval, que llega hasta 20 metros de altura y por término medio vive 65 años. Tronco alto, grueso, de corteza agrietada, gris, de la cual se destacan con frecuencia placas lenticulares. Presenta hojas caducas, elípticas, alternas y de color púrpura. Sus flores, pequeñas, rosadas y abundantes, aparecen a fines de invierno o a comienzos de la primavera. Necesita inviernos fríos, sobretodo para inducir correctamente la floración y eliminar restos de plagas de temporadas anteriores. Resiste emplazamientos en suelos donde otros frutales han fracasado, pues no es muy exigente. La poda de fructificación consiste en sustituir cada año la rama que ha fructificado, dejando que otra nueva ocupe su lugar y función. Suele ser necesario aclarar el número de frutos por rama para evitar su rotura por el peso. Se suelen quitar la mitad de los frutos recién cuajados, y así conseguimos menos frutos pero de mayor calibre. Les suele convenir riego localizado por goteo, sobretodo en variedades tardías.


Nogal

Familia: Junglalláceas

Nombre científico: Junglans regia

Árbol muy corpulento que llega a alcanzar hasta 36 m. de altura y el diámetro de su tronco derecho, cubierto con una corteza gruesa, llega hasta 3 m.; es de corteza gris y muy ramificado. Presenta ramas jóvenes lisas y de color rojo oscuro, y las viejas son agritadas y pardas. Generalmente, estas ramas forman una copa muy ancha y redondeada. Sus hojas son compuestas de 7 a 9 hojuelas, se disponen alternamente y son de color verde oscuras. Deben evitarse lugares cuyas temperaturas primaverales puedan descender a menos de 1,1ºC, ya que pueden ocasionar daños por heladas en las inflorescencias masculinas, brotes nuevos y pequeños frutos. Es un árbol que se adapta muy bien a suelos muy diferentes. El nogal posee flores masculinas y femeninas que se desarrollan en el mismo árbol en la época de primavera. Las masculinas se reúnen en un ramillete colgante, y las femeninas, agrupadas en número de 2 ó 3, en la extremidad de los renuevos. Y su fruto es la nuez.


Durazno

Familia: Rosaceae (Rosáceas)

Nombre científico: Prunus persica

 El melocotonero es un árbol más bien pequeño, o arbusto grande caducifolio, es decir, que pierde todo su follage durante el invierno. Posee un tronco de corteza lisa o finamente agrietada, sus raíces son muy ramificadas, y no son invasivas a las plantas adyacentes. Actualmente hay cientos de variedades, que se pueden diferenciar tanto por los frutos como por las flores. Posee hojas simples, lanceoladas, con el margen finamente aserrado con un haz verde brillante, lampiñas por ambas caras. Florece a finales del invierno- inicio de primavera, y por lo general, son solitarias, a veces en parejas, casi sentadas, de color rosa suave. Su fruto es el durazno.  Después de la floración hay que podar las ramas, sellando las cicatrices, y luego, a principios de verano se deben acortar los nuevos brotes. Este árbol requiere protección durante el invierno.




Almendro

Familia: Rosáces

Nombre Científico: Amygdalus dulcis Mill

Éste es un tipo de árbol caducifolio, que puede llegar a alcanzar los diez metros de altura y cuyo tronco es de color ceniza y casi nunca se encuentra en posición recta y posee ramas rectas. Por su parte, las hojas son simples y ensanchadas en la parte inferior. Además, este árbol es muy apreciado por la belleza de sus flores y por su fruto, la almendra. Ésta posee una forma elipsoidal y es de color verde. Su tamaño es de entre tres y seis centímetros de longitud y se caracteriza por tener un hueso leñoso con pequeños hoyos en el que se encuentran una o dos almendras. Este árbol presenta dos tipos de almendras la amara (amarga) y la dulcis (dulce), de la cual se extrae un aceite muy utilizado en medicina. El almendro debe ser plantado preferentemente en un suelo franco o ligero, aunque admite caliza. Dependiendo de si se cultiva en regadío o en secano, se obtendrá un tipo de árbol dulce o amargo. Este árbol no tolera las heladas con facilidad, por lo que en estos climas es preferible plantar variedades de floración tardía. En cuanto a los cuidados que requiere, hay que subrayar la necesidad de aportar al árbol materia orgánica y minerales, así como abono verde, durante el otoño o el invierno siempre que se quiera asegurar la brotación y la cosecha.



Vid y las uvas

Descripción de la vid y las uvas:

La vid es una planta con flores, esto es, una angiosperma, de la clase de las dicotiledóneas, de la subclase con flores más simples (choripetalae), pero en el grupo dotado de cáliz y corola (Dyalypetalae), es decir, el más avanzado.

Una planta leñosa tiene por lo general una vida muy larga, así es fácil encontrar una vid centenaria; tiene un largo periodo juvenil (3-5 años), durante el cual no es capaz de producir flores; en general, las yemas que se forman durante un año no se abren hasta el año siguiente.

Composición química de las uvas:

- Agua (80%)
- Proteínas (0,6%)
- Lípidos (0,4%)
- Hidratos de carbono (18%)
- Diversos ácidos orgánicos (tartárico, málico)
- Vitaminas A y C
- Sales minerales
- Flavonoides...


 Clima y suelo:

En zonas montañosas se ven viñedos sólo hasta cierta altura. El clima impone límites de altura.

Los límites macroclimáticos determinados por la altura y la latitud son ampliamente rebasados en muchas regiones, por el hecho de que el viñedo se planta en pendientes muy bien orientadas.

Estas zonas disfrutan de un régimen térmico más elevado, sufren menos con las heladas invernales y las escarchas de primavera se secan rápidamente, de manera que la vegetación es más breve y el grado de azúcar más elevado.

Se habla en estos casos de microclima. Cuando un cultivador planta las variedades más precoces en terrenos menos soleados y los tardíos en terrenos mejor orientados no hace otra cosa que adecuarse a las exigencias microclimáticas.

En invierno, las temperaturas mínimas que puede la vid aguantar son de hasta -20 ºC. Por debajo tendrían lugar graves daños. Se consideran daños ligeros a la necrosis de la médula y el diafragma.

Daños muy graves sería la muerte de las yemas en los sarmientos de un año (la muerte del cambium en los sarmientos de un año y en el tronco.

Estos males se dan más en las vides jóvenes, en las vides vigorosas y en las que ya han producido mucho.

Producen graves daños las heladas por debajo de los -2 ºC después de la brotación pues destruyen completamente la cosecha.

Las temperaturas demasiado altas (30-34º C), especialmente si van acompañadas de sequedad, viento caliente y seco, son temperaturas que queman hojas y racimos.

Fácilmente sobrevienen mohos y marchiteces. Las hojas son agujereadas o laceradas, y a menudo son arrancadas, con pérdida de superficie fotosintetizante. En los sarmientos queda dañada la corteza, pero también con frecuencia el leño.

Los tratamientos antiparasitarios, por lo general a base de caldo bordolés o bien productos orgánicos de síntesis, tienen importancia para impedir que se instalen infecciones de hongos.

La vid se adapta a muchísimos terrenos. Además hay una cierta gama de portainjertos que permite adaptarse a las más variadas exigencias. Un componente importante del terreno es la materia orgánica:

Terreno pobre: < 1,5%

Suficientemente dotado: 1,5-2,5%

Bien dotado: 2,5-3,5%

Abonado del viñedo:

Cuando se acerca la primavera, se administran los abonos nitrogenados.

Los abonos potásicos pueden suministrarse a finales de invierno.

El estiércol se da en la medida de que se dispone: por lo general, cada dos o tres años en invierno.

La capacidad de las hojas de absorber los elementos minerales puede ser utilizada por el abonado foliar. Los productos utilizados deberán ser fácilmente solubles en agua, y no fitotóxicos.

Muchos elementos pueden ser absorbidos por las hojas; el nitrógeno (sobre todo en forma ureica), pero también el fósforo, el potasio, el magnesio, el boro y el hierro bajo ciertas formas.

Generalmente se considera suficiente el abonado del terreno. El abonado foliar resulta ventajoso cuando las raíces no están en condiciones de absorber suficientemente, por ejemplo, en climas muy áridos. 

 
Plagas y/o enfermedades observados:

Daño por botritis:

 

Quemado de sol:

 

Daño por deshidratación: